Concretamente la ruta empieza en Bilbao que era mi punto de partida para recorrer las poblaciones costeras que están en las cercanías de la capital.
Bilbao
Estos 4 días ha coincidido con la semana grande de Bilbao, una fiesta repleta de conciertos y actividades donde la fiesta se vive en la calle y se nota en el bullicio que rodea esta ciudad a todas horas.
Bilbao es conocida mundialmente gracias sobre todo a su museo Guggenheim, con una arquitectura realmente innovadora y una apariéncia siempre distinta dependiendo de las condiciones climatológicas del día grácias a su exterior metálico que refleja las luces que recibe.
Pero no todo se centra en su museo, Bilbao atravesado por su ria es un bonito paseo rodeado por sus parques y su casco antiguo lleno de vida.
En busca como siempre de paisajes diferentes y huyendo de los bullicios mi recorrido por Bilbo se limitó a buscar una foto de su museo diferente y grácias al concurso de fuegos artificiales que cada día hacían por la noche, pude tener una instantánea no tan vista.
Portugalete-Getxo- Butron - Barrica
Este es el itinerário que realicé el primer día, saliendo de Bilbo en pocos minutos llegamos a Portugalete, muy conocida por su puente colgante construido en 1893 y reconocido patrimonio de la humanidad, es impresionante poder ver su envergadura y cruzar los 160 metros que separan hasta llegar a Getxo.
Getxo ocupa la margen derecha de la desembocadura del Ibaizabal, reocorriendo el paseo que sigue el río hasta llegar a las playas de repente nos topamos con una colección de palacios rodeados de jardines, vale la pena deternos a mirar esta bonita estampa.
Siguiendo el paseo llegamos a la Casa Faro y las murallas, a partir de aquí tenemos dos opciones: seguir el camino por la izquierda y llegar hasta el puerto deportivo o seguir el paseo por la playa dirección a punta Galea que es la opción apropiada para poder tener unas vistas privilegiadas de los acantilados.
Llegar a punta Galea es un paseo de unos 45 minutos que se puede hacer por un camino peatonal o siguiendo los senderos naturales que nos permitirán acercarnos más a los acantilados para tener una visión más real de los paisajes que envuelven este punto de la costa.
Después de una suculenta comida para reponer fuerzas, me dirigí a Butrón para contemplar el impresionante castillo uno de los pocos que se pueden contemplar por Bizcaia. Lllegando a él por un sendero enseguida vemos como va sobresaliendo su estructura y al llegar impresiona la majestuosidad que mantiene pasados los años.
El siguiente punto y fin del trayecto del día, fueron los acantilados de Barrika.
Para llegar a los acantilados tendremos que dejar el coche y siguiendo un camino natural en unos 30 minutos llegaremos a uno de esos lugares donde nos sentiremos unos seres privilegiados, admirar esta obra de la naturaleza y escuchar el silencio que nos rodea no tiene precio, vale la pena su visita sobretodo en la salida o la puesta de sol. IMPRESIONANTE
Bermeo - Mundaka - Urdaibai - San Juan Gaztelugatxe
La intención de ese día era la de recorrer los pueblos que componen la reserva de Urdaibai y poder adentrarnos un poco en dicha reserva, aunque es complicado por las mareas que van cambiando los paisajes dependiendo de la hora del día, no os fieis porque donde hay una playa en pocas horas puede que no esté, mejor preguntar a la gente del lugar por los horarios de las mareas y así no tendremos sorpresas.
La primera población que visite fué Bermeo, aunque más industrial que sus vecinas Mundaka y Bakio, tiene uno de esos puertos con mucho encanto y lleno de vida, aconsejable recorrer su casco antiguo e ir descubriendo sus entrañas.
Siguiendo la costa llegamos a Mundaka, un pueblo situado en un enclave privilegiado, encontrandose la ria de Mundaka con el océano y con la isla de Izaro en frente el paisaje es de admirar.
Mundaka es quizas más conocida por otro detalle, concretamente entre los surfistas de todo el mundo por formarse la que dicen mejor ola izquierda de toda Europa, el día que yo estube las olas estaban tímidas.
El primer punto de la visita fué la iglesia de Andra Mari que forma parte de la silueta de Mundaka al estar situada en la entrada de la población.
Después fuí adentrandome en dirección al puerto recorriendo sus callejuelas sin rumbo, para terminar en el Paseo de la Atalaya y contemplar la conjunción entre la ria y el océano, allí un lugareño de entre unos cuantos que conocí en este viaje me recomendo un restaurante para comer que estaba precisamente en mi siguiente parada, Gernika.
Después de comer abundantemente (los vascos disfrutan con el comer como pocos), me encontré con el amigo Jonh residente en Bermeo, apasionado a la fotografía y conocedor de la zona, lo que nos permitió recorrer un buen número de lugares a cual más interesante.
La primera visita, San Pedro de Atxarre, esta ermita es un balcón natural desde el que podemos ver gran parte de la reserva y los pueblos que la rodean, después de una buena explicación por parte del compañero que me indicaba todos los puntos que podíamos observar y viendo que teníamos un sol muy fuerte de cara cosa que nos impedía fotografiar, decidimos buscar un punto con el sol a nuestras espaldas y vaya si lo encontramos.
Por fin pudimos adentrarnos un poco en las marismas y llegar a otro punto de los que abundan por estos lares donde todo lo que respiramos es la tranqulidad que nos rodea.
El último rincón que visitamos ese día, es uno de esos sitios que por muchas fotografías que veamos nunca hará justicia al espectáculo visual de verlo en primera persona.
Juan Gaztelugatxe situado entre Bakio y Bermeo es una ermita situada en lo alto de un peñon y a la que se accede por una escalera en zig zag de 231 peldaños, es un rincón mágico y lleno de misterio. Rodeado por acantilados que la fuerza de las olas ha creado formas que ni el mejor de los artistas podría igualar.
Una vez llegados a la cumbre situada a unos 100 metros la tradición manda tocar la campana que encontramos en la ermita, pero lo mejor es contemplar desde arriba la sinuosa escalinata por que que hemos ascendido.
Ya con la noche encima me despedí del compañero dandole las grácias por tan espléndido recorrido.
La arboleda - Castro Urdiales - Sopelana
Mi intención de este mi último día por estas tierras era la de descansar tranquilamente en alguna de sus playas, pero como el día empezó bastante gris y lluvioso tube que improvisar y recordé que me quedaban algunas cosas que tenía previsto ver y que casualmente también me comentó mi compañero el día anterior.
La primera parada fué muy cerca de Bilbo, saliendo dirección a Santander nos dirigimos hacia la población de Trapagaran y después de atravesarla tomamos el desvio de La Arboleda.
A La Arboleda podemos acceder con funicular o por una sinuosa carretera de curvas que nos irá mostrando el paisaje industrial que rodea la ria, después de ascender 6,5 kilometros llegaremos al barrio de la Arboleda y nos introduciremos por una carretera si asfaltar y que no aparece en los mapas y que aún no sé como encontré.
Al poco rato nos dará la impresión de que el tiempo se ha detenido y que estamos en una época pasada viendo el estilo de vida de sus gentes dedicadas a la ramadería pero en estado natural, eso quiere decir que mientras vamos siguiendo el camino con el coche las vacas, cavallos, ovejas y toros iran pasando a nuestro alrrededor con total libertad, yo tube la suerte de poder conocer a una familia que gentilmente me dejaron entrar en sus pastos y llegar hasta un impresionante lago rodeado por montañas, algo increible.
Después de unos paisajes tan naturales y sanos y viendo que el día empezaba a aclararse me interesaba recorrer Castro-Urdiales que aunque pertenece a Cantabria está a tan solo 45 minutos de Bilbao.
Castro-Udiales como todas las poblaciones recorridas hasta ahora tiene el encanto de los pueblos costeros, empezaremos el paseo como no por su puerto adentrandonos hasta uno de los monumentos góticos más importantes de la región, la iglesia de Santa María de la Asunción del siglo XIII.
Siguiendo pasamos por el castillo faro de los pocos castillos conservados en Cantabria y seguidamente el puente Medieval y la ermita de Santa Ana que forman los tres el conjunto monumental de Castro Urdiales, todo ello protegido por un rompeolas construido posteriormente para proteger toda la zona de la fuerza de los temporales cantábricos.
Es un buen sitio además de disfrutar de las vistas, para degustar una buena merluza a la vasca o cualquier otro pescado recien sacado de la mar.
Ya para terminar este recorrido por la costa, volvemos otra vez a Bizcaia para visitar Sopelana, población muy concurrida por los surfistas y que casualmente ese día organizaba una prueba del campeonato mundial de bodyboard, la hermana pequeña del surf.
Al estar rodeada por altos acantilados es un buen lugar también para la práctica del parapente o sencillamente para sentarse tranquilamente y observar todo lo que nos ofrece este entorno.
Y hasta aquí este recorrido por estos rincones del pais que una vez más demuestra que no hace falta ir muy lejos para tener paisajes de ensueño...
2 comentarios:
Vaya recorrido, lo que dan de sí 4 días, unas fotos muy completas, mostrando diversos paisajes y estilos.
Mis felicitaciones !!!
Gracias por las fotos David
Naci por aquellas tierras y tus imagenes reflejan muy bien la luz y el caracter de un paisaje muy querido
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